Recibir una terapia de Zero Balancing aporta múltiples beneficios a todos los niveles. ¡Siempre hay crecimiento de algún tipo! Hoy os contaremos sus beneficios a nivel espiritual.
Cuando el cuerpo, a través del Zero Balancing, es tratado con tanto respeto, sin necesidad de responder a nada, de mejorar ni de aparentar, entramos en la verdadera aceptación. Ello no es para nada resignación, sino algo muy distinto: es Saber dónde estamos ahora, tomar conciencia de cómo estamos ahora mismo, y poder dar un paso a partir de aquí, hacia donde vamos. Empezar a entender en nosotros la función, el sentido y la finalidad de nuestra vida, fiel a ser quienes somos y a nuestros valores.
El Zero Balancing potencia mucho ese aspecto, porque cuando nos toca el profesional, está plenamente con nosotros, atento/a, presente, con su escucha activa, y cuando nos suelta, NO. Es entonces cuando estamos con nosotros mismos. El profesional nos ha soltado, pero no nos ha abandonado; así podemos seguir nuestro camino, nosotros nos vamos pero él se queda, cada uno sin perder su esencia.
En definitiva, ¡tu espíritu fluirá mejor!